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miércoles, 30 de mayo de 2012

Tiempo del escritor MARÍN SANCHO.




El pasado lunes se presentó en Zaragoza el libro de Manuel Pérez-Lizano Forns: "Tiempo del escritor Marín Sancho. 1899-1936".
El editor Carlos Serrano, su nieta Cristina Marín y el autor, dibujaron a este fascinante personaje -asesinado por masón a la edad de 37 años- en un acto muy emotivo marcado por la ausencia de Basilio Marín, su hijo y también hermano de la Logia Constancia.
Basilio no pudo estar allí porque unos días antes la enfermedad lo alejó definitivamente de nosotros. Con la salud muy deteriorada pero la ilusión del niño que era cuando le arrebataron al padre, colaboró con Pérez-Lizano rebuscando entre los legajos de su biblioteca, fotos, dibujos y documentos que sirvieran para hacer justicia y dar cumplido homenaje a la figura de Íñigo Manuel Marín Sancho. 
Manuel y Basilio, padre e hijo. Hermanos de la Logia Constancia y obreros en la construcción de una sociedad más justa, más libre y más igualitaria.
Terminaré con las sentidas palabras de la dedicatoria de Manuel Pérez-Lizano: "A Basilio Marín Ferrer, hijo de Marín Sancho, siempre acariciado por la nostalgia."

A continuación, el prólogo:

El retrato de Manuel Marín Sancho que ocupa la portada de este libro nos dice muchas cosas. El rostro del zaragozano es la dimensión humana de una oportunidad perdida, de una ilusión truncada. Marín Sancho pone carne y hueso a una gran tragedia: la de una República frustrada por la candidez e inoperancia de unos y por la traición de otros, la de la razón yugulada por la barbarie. Por ello es tan conmovedor (ese es el adjetivo que utiliza Antón Castro en un bonito artículo publicado en su blog en 2008) todo lo que rodea la peripecia vital del hombre cuya biografía nos regala en estas páginas Manuel Pérez-Lizano.
Más allá de lo atroz e injusto de su muerte, de la corajina que producen las circunstancias tan absurdas que rodearon su triste final, en Manuel Marín Sancho confluyen muchas de las claves que explican lo que pudo ser y no fue. Personifica lo que pudieron ser un Aragón y una España en las que no se hubiese asentado nunca el fascismo, donde no hubiese triunfado la irracionalidad que se impuso durante décadas a sangre y fuego.
Por ello es tan esclarecedora esta biografía. Porque habla del escritor, del periodista, del archivero, del profesor y del publicista. Evoca al impulsor de iniciativas culturales, al amigo de artistas, al melómano, al esperantista. Nos transmite las facetas del republicano, del aragonesista, del masón... A través de todas esas dimensiones, Pérez-Lizano retrata una época y un lugar (el Aragón, la Zaragoza, de las décadas de los veinte y los treinta del pasado siglo) repletos de atractivo, de enjundia, de color, de imaginación, de creatividad. Años que no estuvieron exentos de problemas políticos, ni de injusticias... pero en los que se creía posible un mundo más justo, más igualitario, más libre, más culto.
Basta hojear las cuidadísimas páginas de la revista Aragón, del SIPA, que dirigió Manuel Marín Sancho, para toparse con un diseño exquisito, elegante y discreto, con unos aires de modernidad nada exclusivistas ni esnobs. Se intuye ahí una apuesta por el progreso, por la cultura, por el civismo. Basta eso para entender el tremendo paso atrás que trajo consigo el cuartelazo de los generales en África el 17 de julio de 1936. A partir de entonces, nada fue como antes, y costaría muchos años, muchos esfuerzos y muchas vidas, poder recuperar el tiempo perdido, poder remontar el vuelo tras el auténtico desastre y oprobio que supuso el franquismo para Aragón y para España.
La vida de Manuel Marín Sancho aporta muchos de los valores que definen al ciudadano, con todas las letras. Exponente de una burguesía ilustrada instalada en el pluralismo, de una clase media profesional, que creía en la validez de las palabras, en la justicia social, en la razón, en el entendimiento por encima de diferencias (su esperantismo, como tantas otras iniciativas suyas, no obedece a la casualidad). Marín Sancho abogó por el civismo, por la no estridencia, por un país de ciudadanos y no de patriotas. Por su carácter de testigo y de actor en un tiempo de esperanzas, merece la pena ser recordado y reconocido por sus paisanos. Ese es uno de los valores de este libro, pero a buen seguro que quien lo lea descubrirá muchos más.



Carlos Serrano Lacarra. Historiador




 Sinopsis del libro:

Este libro hace justicia a uno de los aragoneses más lúcidos del primer tercio del siglo XX. El escritor, periodista, archivero y profesor Manuel Marín Sancho desplegó a lo largo de su corta vida (truncada por los militares golpistas de 1936) una intensa actividad cultural y cívica. El amor por el arte y por la creatividad, la inquietud por el progreso, el compromiso social y político… jalonan una trayectoria que merece ser conocida y difundida. Una trayectoria que, a su vez, es testimonio de una época de esperanzas, del Aragón culto y tolerante, sobre el que se impuso la sombra irracional de décadas de dictadura.



1 comentario:

  1. Fue para mi un privilegio conocer a Basilio, hijo de Manuel Marin. Este estupendo libro nos conecta con el pasado reciente y nos recuerda aquel tiempo que vivieron nuestros padres y nos hace reflexionar sobre lo que ahora vivimos y los pasos que siempre da el poderoso.

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