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domingo, 12 de mayo de 2013

La marcha del Aprendiz


Una vez abierta la logia en grado primero, cualquier hermano o hermana que desee entrar y participar en los trabajos, tendrá que hacerlo con la marcha del aprendiz.

La marcha del aprendiz marca la ruta que va desde Occidente a Oriente, desde la oscuridad hacia la luz. Se hace estando al orden. Hay que colocar los pies en forma de escuadra, tacón contra tacón; el pie izquierdo avanza primero hacia delante. La planta de los pies no se levanta, se desliza en el suelo sin perder nunca el contacto con él. Son tres pasos, hasta llegar a situarse entre columnas. En ese momento el hermano/a procederá a saludar al VM.·., seguidamente al 1º Vig.·. y, finalmente, al 2º Vig.·.. Acto seguido, estando al orden entre columnas, el VM.·. dará instrucciones al MC.·. de conducir al hermano/a a su lugar en L.·..

La marcha del aprendiz nos sumerge en el simbolismo masónico del movimiento, en la práctica de ponerse en marcha con un rumbo, en la autoafirmación, como iniciado, de querer progresar y participar, desde el particular método masónico, en el Progreso Universal.    

Esta forma de andar tiene un ritmo regular, que recuerda la constancia que debe tener el aprendiz para enfrentarse a sus dudas, y a las luchas contra sí mismo para avanzar en dirección a la luz.

Nada de apresuramiento. Cada paso es igual al otro. Nada de  sobresaltos. Progresión uniforme. Ni un solo retroceso y la conciencia bien despierta.  

El pie izquierdo inicia y dirige la marcha, en claro predominio de la razón. Representa el futuro.

El pie derecho marca la horizontalidad del progreso ordenado, nivelado, siguiendo los dictados de la razón, en alusión también a la justicia que deben tener nuestros actos.  

Las plantas de los pies no abandonan el suelo, arrastran el pasado  y enmarcan la acción en la tierra, en el lugar donde aprendemos, amamos y actuamos.

Todo el simbolismo de primer grado ronda alrededor del numero tres. Herramientas (mallete, cincel, regla), invocaciones de la Sabiduría, Fuerza y Belleza; las tres luces del taller: VM, 1º Vig.·. 2º Vig.·.; la batería de aclamación Libertad, Igualdad, Fraternidad; el toque; la edad.

Y naturalmente, tal y como se ha descrito, son tres los pasos que el aprendiz da en su marcha. Pasos que dibujan la rectitud en la dirección de su caminar y que conforman tres escuadras como emblema de la conciencia y de la verdadera equidad.

El aprendiz abandona el mundo profano mediante esta marcha, decidido a sortear sus dudas, penas y miserias, y lo hace, como hemos dicho, comenzando con  el pie izquierdo, pie quizás más débil que el derecho, pero que concuerda con las tres fases de la vida: nacimiento, vida y muerte.

Queridos hermanos y hermanas, en relación con lo expresado me viene al camino este poema de José Verón Gormaz, titulado: Instrucciones para cruzar un puente:

Si a cruzar te dispones,
si vas a transitar la misteriosa longitud del puente,
piensa en las aguas del río que atraviesa,
piensa en las aguas como en tu propia sangre,
piensa en ellas, que fluyen incesantes,
bajo las piedras prisioneras del arco,
sin pensar qué principio fue el suyo
ni a qué final deslizan su presura.

Si deseas cruzar a la otra orilla
imprégnate primero del lugar que abandonas,
siente dentro de ti
el puñado de tierra que pisan tus zapatos,
contempla la arboleda que te prestó su sombra
y que quizás no vuelvas a mirar.

Cuando con decisión atravieses el puente
camino de la orilla venidera
sospecha de tus pasos,
tus propios pasos que al avanzar escuchas
con sonido de pasos que se alejan.

y cuando la otra orilla pises
hazlo como si de un suelo sagrado se tratara:
el lugar te recibe con todos tus recuerdos,
con todas las sombras miserables
que al otro lado creíste abandonar.  

He dicho.

Hno. Segundo Vigilante
Luis 

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